Anualmente se producen más de 135.000 toneladas de teflón y, con ellas, grandes cantidades de fluoroformo. Este gas tiene un efecto invernadero 12.000 veces más fuerte que el CO2 y, además, es muy difícil de eliminar por combustión. Sin embargo, los investigadores del Instituto Catalán de Investigación Química (ICIQ) de Tarragona, vieron en él posibilidades por explotar.
El equipo liderado por el profesor Vladimir Grushin (actualmente el jefe de tecnología de K&G Technologies en EE.UU), trabajó durante años en un nuevo método para transformar el fluoroformo en productos orgánicos modificados con átomos de flúor. Este proceso utiliza catalizadores sostenibles de cobre, un metal muy abundante, para activar la molécula de flouroformo y hacerla reaccionar con un sinfín de "ladrillos" orgánicos.
"Los compuestos orgánicos fluorados tienen un alto valor añadido. Suelen tener unas propiedades biológicas superiores a sus "hermanos" sin flúor y tienen numerosas de aplicaciones en farmacia y agroquímica," comenta Frédéric Ratel, responsable de propiedad intelectual en el ICIQ.
El equipo liderado por el profesor Vladimir Grushin (actualmente el jefe de tecnología de K&G Technologies en EE.UU), trabajó durante años en un nuevo método para transformar el fluoroformo en productos orgánicos modificados con átomos de flúor. Este proceso utiliza catalizadores sostenibles de cobre, un metal muy abundante, para activar la molécula de flouroformo y hacerla reaccionar con un sinfín de "ladrillos" orgánicos.
"Los compuestos orgánicos fluorados tienen un alto valor añadido. Suelen tener unas propiedades biológicas superiores a sus "hermanos" sin flúor y tienen numerosas de aplicaciones en farmacia y agroquímica," comenta Frédéric Ratel, responsable de propiedad intelectual en el ICIQ.
"Las patentes que nos han concedido las oficinas de la UE y EE.UU van a facilitar que podamos vender este proceso de valorización de residuos a industrias interesadas, tanto en reciclar el fluoroformo como en implementar nueva síntesis de compuestos fluorados más sostenibles,"añade.
Muchos fármacos como el famoso antidepresivo Prozac (fluoxetina) y varios antitumorales (bicalutamida, dutasterida), numerosos productos agroquímicos, y varios materiales innovadores incorporan en su estructura átomos de flúor. Utilizando este novedoso método, las empresas podrán sintetizar estas moléculas a partir de un producto que normalmente se desecha.
"En el ICIQ apostamos por una química sostenible. Entre otras cosas, buscamos cómo reciclar moléculas contaminantes como el fluoroformo o el CO2 y aportarles valor añadido," afirma Miguel A. Pericàs, director del ICIQ.
La concesión de las diferentes patentes otorgan al ICIQ los derechos de explotación en exclusiva de este método. Actualmente, el ICIQ busca aliados en la industria química y farmacéutica para licenciar y explotar esta tecnología de valorización de residuos.
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