miércoles, 17 de mayo de 2017

LA QUÍMICA DESCIFRA LA GEOMETRÍA DEL COPO DE NIEVE

Una investigación aclara las conjeturas sobre la nieve que hiciera hace 400 años Johannes Kepler

Una investigación dirigida por la profesora de química Mary Jane Shultz, de la Escuela de Artes y Ciencias de la Universidad de Tufts (Estados Unidos), ha respondido a las especulaciones de hace más de 400 años hechas por el renombrado científico Johannes Kepler sobre la creación de una de las formas más bellas de la naturaleza: el copo de nieve de seis caras.

Aunque los átomos no se descubrieron hasta más de dos siglos más tarde, Kepler reflexionó abiertamente sobre los bloques de construcción microscópicos que conducen a la formación hexagonal del cristal de hielo, incluyendo la miríada de factores detrás de este fenómeno recurrente.
Ahora, este nuevo estudio, publicado en 'PNAS' ha arrojado nueva luz sobre este proceso mediante la combinación de una retrodispersión de electrones con un modelo de cristal sencillo de hielo. En este trabajo, los científicos descubrieron que los lados planos de un cristal de hielo están formados por un hexágono más grande, que consiste en una molécula de agua central rodeada por otras seis en la misma capa.

 

Según afirma Shultz, el hexágono en forma de silla tiene tres moléculas en una capa y tres más ligeramente debajo en lo que se llama una estructura bicapa. Los seis lados planos de un copo de nieve crecen a partir de un hexágono formado dentro de una capa. Este hexágono más grande se gira 30 grados con respecto al hexágono de forma de silla.
"Los copos de nieve crecen a partir del vapor de agua, las caras que liberan más calor (por unidad de área) se evaporan -describe la química-. La cara con el menor desprendimiento de calor es la cara hexagonal, la siguiente es la cara plana del hexágono más grande. El lado plano del hexágono de forma de silla libera más calor por área que se vaporiza a sí mismo. Los lados planos que corresponden al hexágono más grande".


Los resultados del estudio desmienten los supuestos anteriores de que los copos de nieve crecen desde los lados planos del hexágono de forma de silla, tal y como ha expresado la investigadora.
Para determinar cómo se produce la formación, los investigadores construyeron un modelo que equilibra el calor liberado cuando las moléculas se incorporan en el enrejado sólido contra la probabilidad de un apego exitoso. La combinación de técnicas macroscópicas y de nivel molecular permitió al equipo investigar la misma superficie a diferentes escalas.
La sonda macroscópica se ha utilizado durante décadas para investigar el hielo. Esta técnica produce las hermosas imágenes visuales de la forma hexagonal macroscópica. La sonda de nivel molecular es más reciente. Mientras la radiografía se utiliza comúnmente para mostrar el nivel molecular, Shultz y su equipo optaron por utilizar la técnica de difracción de retrodispersión de electrones, que produce gráficos de densidad de orientación que son más ilustrativos y visualmente atractivos.


"El seguimiento cuidadoso de la orientación de la muestra nos permitió vincular las dos imágenes para producir la conexión", relata.
La investigación confirmó que los puntos de copo de nieve se alinean con los ejes cristalográficos mostrados como puntos calientes en los datos de retrodifusión electrónica. La significación es que el lado plano de un copo de nieve consiste en una estructura bicapa. La cara basal es un hexágono de forma de silla; La alteración ascendente forma una bicapa. El lado plano es un hexágono formado por pares de moléculas de agua que unen pares en la mitad inferior de la bicapa.


Se espera que la flexibilidad y la movilidad de un par tenga como resultado una reactividad única de esta cara, incluyendo catalizar potencialmente la conversión de gases como CO2 y óxidos de nitrógeno en la atmósfera. Según ha informado Shultz, el equipo se encuentra ahora investigando esta reactividad.

FOTOSÍNTESIS ARTIFICIAL PARA LIMPIAR EL AIRE

Se ha ideado un modo de desencadenar el proceso de la fotosíntesis en un material sintético, y hacer que dicho proceso sirva para retirar gases de efecto invernadero del aire. Además de limpiar el aire, el proceso produce al mismo tiempo energía aprovechable.

La nueva técnica tiene un gran potencial como base para crear infraestructuras asequibles con las que se pueda reducir de manera notable los gases de efecto invernadero vinculados con el cambio climático, y generar al mismo tiempo energía limpia.

Este trabajo, obra del equipo de Fernando Uribe-RomoUribe-Romo y sus colaboradores idearon un modo de desencadenar una reacción química en un material sintético del tipo conocido como armazón organometálico (MOF, por sus siglas en inglés). Los materiales de esta clase descomponen el dióxido de carbono en materiales orgánicos inofensivos. Podemos considerar al nuevo proceso como en una forma de fotosíntesis artificial, que en lo básico no es muy distinta de cómo las plantas, en líneas generales, convierten el dióxido de carbono (CO2) y la luz solar en alimento. La única diferencia remarcable es que en vez de producir nutrientes para vegetales, el método de Uribe-Romo genera energía.
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 El equipo de Fernando Uribe-Romo ha dado con un modo de desencadenar un proceso químico calificable como fotosíntesis artificial, que servirá para limpiar el aire y al mismo tiempo generar energía. A fin de verificar la hipótesis, Uribe-Romo y sus colegas montaron un fotorreactor LED azul con el que han llevado a cabo muchos de los experimentos


Es algo que científicos de todas partes del mundo han estado persiguiendo durante años. El reto principal al que se han venido enfrentando es encontrar un modo de que la luz visible desencadene la transformación química. Los rayos ultravioleta tienen suficiente energía para posibilitar la reacción en materiales comunes, como el dióxido de titanio, pero la radiación ultravioleta constituye solo alrededor del 4 por ciento de la luz que la Tierra recibe del Sol. El rango visible (las longitudes de onda del violeta al rojo) representa la mayor parte de la radiación solar, pero hay pocos materiales que aprovechen la luz de estos colores para inducir la reacción química que transforme el CO2 en combustible.

La comunidad científica lo ha intentado con varios materiales, pero los que pueden absorber luz visible tienden a ser raros y caros, como el platino, el renio y el iridio, lo cual hace prohibitivo el proceso si se les usa en él.

Uribe-Romo usó titanio, un metal no tóxico común, y añadió moléculas orgánicas que actúan como antenas que recogen la luz, para ver si esa configuración funcionaría. Las moléculas antena que recogen luz pueden ser diseñadas para absorber colores específicos al ser incorporadas en el MOF. En este caso, lo sincronizó para el color azul.

El equipo de Uribe-Romo montó un fotorreactor LED azul para probar la hipótesis. Midió las cantidades de dióxido de carbono que eran introducidas lentamente en el fotorreactor (un cilindro azul brillante que parece una cama de bronceado) para ver si sucedía la reacción.

Funcionó, y la reacción química transformó el CO2 en dos formas reducidas de carbono, formiato y formamidas (útiles para combustibles), limpiando el aire en el proceso.

La idea para explotar debidamente esta nueva tecnología sería instalar en los sitios adecuados estaciones que capturasen grandes cantidades de CO2, por ejemplo, al lado de una central eléctrica alimentada por combustión de carbón.

Quizá algún día no solo se aproveche esta tecnología al lado de grandes instalaciones contaminantes sino también en cualquier otra parte. Los inquilinos de viviendas podrían adquirir y colocar en el tejado tejas hechas del material, que limpiarían el aire en el vecindario, produciendo al mismo tiempo energía que se podría utilizar para energizar esos hogares.

LA HOJA BIÓNICA QUE PODRÍA ALIMENTAR EL MUNDO

Alimentar a la creciente población mundial, en especial en los países con menos recursos, es uno de los grandes retos de este siglo. ¿Cómo lograr que las cosechas sean más fértiles y productivas? Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard ha presentado en la reunión Anual de la Sociedad Americana de Química, que se celebra estos días en San Francisco (California), un ingenio que puede hacer que los rábanos, por ejemplo, crezcan hasta un 150% más grandes. Lo llaman la «hoja biónica» y utiliza bacterias, luz solar, agua y aire para hacer abono en el mismo suelo donde se cultivan las cosechas. Dicen que puede ayudar a impulsar la próxima «revolución agrícola».

Los investigadores explican que cuando se tiene un gran proceso centralizado y una infraestructura masiva, es fácil llevar fertilizantes al campo, pero esto no ocurre en los países más pobres, donde no hay recursos. Por eso, creen que es importante lograr un fertilizante en el mismo lugar, sean como sean sus condiciones, aunque se trate de un pequeño pueblo de India sin agua potable.

La primera «revolución verde» en la década de 1960 supuso un auge de la agricultura debido al uso extensivo de fertilizantes en nuevas variedades de arroz y trigo, lo que duplicó la producción agrícola. Aunque la transformación produjo «algunos daños ambientales graves», recuerdan, pudo salvar millones de vidas, especialmente en Asia, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).


Pero la población mundial sigue creciendo y se espera que llegue a 2.000 millones de personas en 2050. Gran parte de este crecimiento se produce en algunos de los países más pobres, según la ONU. El suministro de alimentos para todo el mundo requerirá un enfoque múltiple, pero los expertos coinciden en que una de las tácticas tendrá que involucrar el impulso del rendimiento de los cultivos para evitar que aún más terrenos sean modificados para dedicarlos a la agricultura.










Rábanos más grandes

Los científicos se inspiraron en la hoja artificial para encontrar su solución. Se trata de un dispositivo que, cuando se expone a la luz solar, imita una hoja natural mediante la división del agua en hidrógeno y oxígeno. Esto llevó al desarrollo de una hoja biónica que junta el catalizador que divide el agua con la bacteria Ralstonia eutropha, que consume hidrógeno y extrae el dióxido de carbono del aire para hacer combustible líquido. El pasado junio, el equipo informó de que cambió el catalizador de níquel-molibdeno-zinc del dispositivo, que era venenoso para los microbios, por una aleación de cobalto y fósforo buena para las bacterias. El nuevo sistema proporcionó biomasa y combustible líquido que en gran medida superaron a los de la fotosíntesis natural.


«Los combustibles fueron sólo el primer paso», dice Daniel Nocera, responsable del estudio. «Llegar a ese punto mostró que se puede tener una plataforma de síntesis química renovable. Ahora tenemos otro tipo de bacteria que toma el nitrógeno de la atmósfera para hacer abono».

Para esta aplicación, el equipo de Nocera ha diseñado un sistema en el que la bacteria Xanthobacter fija el hidrógeno a partir de la hoja artificial y el dióxido de carbono de la atmósfera para hacer un bioplástico que las bacterias almacenan dentro de sí mismas como combustible.

«A continuación, puedo poner la bacteria en el suelo debido a que ya ha utilizado la luz solar para producir el bioplástico», dice Nocera. «Entonces la bacteria toma el nitrógeno del aire y utiliza el bioplástico, que es básicamente hidrógeno almacenado, para conducir el ciclo de fijación para hacer amoniaco para la fertilización de cultivos».


El laboratorio de Nocera ha analizado la cantidad de amoníaco que el sistema produce. Pero la prueba real, dicen, está en los rábanos. Los investigadores han utilizado su enfoque para hacer crecer cinco ciclos de cultivo. Los vegetales que recibieron el fertilizante derivado de la hoja biónica pesan un 150% más que los cultivos de control. El siguiente paso, dice Nocera, es aumentar el rendimiento para que un día, los agricultores de la India o el África subsahariana puedan producir su propio fertilizante.

domingo, 14 de mayo de 2017

100 AÑOS DE VIDA

En un nuevo documental de la BBC, Stephen Hawking pondrá a prueba su teoría de que la humanidad debe colonizar otro planeta o perecer en los próximos 100 años.


El documental Stephen Hawking: Expedition New Earth, se transmitirá este verano como parte de la temporada de la mañana de la BBC y mostrará que la aspiración de Hawking “no es tan fantástica como suena”, según la BBC.


Durante años, Hawking ha advertido que la humanidad se enfrenta a una serie de amenazas que van desde el cambio climático hasta la destrucción de la guerra nuclear y los virus genéticamente modificados.


Hawking ha sugerido que la humanidad podría no sobrevivir “otros mil años sin escaparse más allá de nuestro frágil planeta”. El documental de la BBC sugiere un calendario ajustado para la colonización, que muchos podrán ver durante su vida.


El mes pasado, Hawking había advertido que los instintos agresivos de los humanos, junto con el rápido ritmo de crecimiento de la tecnología, podrían destruirnos a todos por guerra nuclear o biológica, y agregó que sólo un “gobierno mundial” puede prevenir esta inminente fatalidad.



Hawking había dicho que los seres humanos pueden carecer de las habilidades como especie para mantenerse con vida.

martes, 9 de mayo de 2017

CONSIGUEN HACER LADRILLOS CON TIERRA SIMILAR A LA DE MARTE


“Lo difícil no es llegar, sino mantenerse”. Esta frase, de autor desconocido pero que dice una verdad casi tan grande como el planeta del cuál vamos a hablar, es perfectamente extrapolable a las dificultades que conlleva una misión tripulada a Marte.

A sabiendas de la dificultad existente en que una persona sobreviva en suelo extraterrestre, los científicos han estado buscando diferentes métodos de utilizar el suelo del planeta rojo para crear herramientas y objetos, lo que reduciría el número de cosas que debería de llevar un astronauta.

Un nuevo estudio de la Universidad de California y financiado por la NASA, publicado en Scientific Report, informa como los científicos del centro de San Diego descubrieron accidentalmente cómo formar ladrillos del suelo marciano, que podría ser enormemente útil para la construcción de estructuras en el planeta rojo.





Descubrieron que, cuando se redujo el número de polímeros a cero y aplicaban la presión equivalente a un golpe de martillo, el suelo se volvía rígido y sólido. “Nos dimos cuenta de que el material es fuerte si desciendes los polímeros”, afirma Yu Qiao, estudiante del mismo centro de investigación, en declaraciones a IFLScience. “Eso nos hizo darnos cuenta de que tiene que haber algo interesante en el suelo de Marte, no en sus polímeros”.

Lógicamente, no estaban usando el suelo de Marte real; pero el suelo simulaba su composición ya más que conocida. Antes de aplicar la presión, el suelo necesitaba ser encerrado en un recipiente flexible, en este caso un tubo de goma. Cuando es golpeado, se producen pequeños trozos de unos 2,5 centímetros de tamaño que podrían ser bastante provechosos.

La razón se cree que es el óxido de hierro, que le da el color rojizo característico de Marte, que actúa como agente aglutinante. El siguiente paso será encontrar una manera de hacer ladrillos más grandes, para que puedan ser utilizados con fines prácticos en la superficie de Marte.

El plan de la NASA es el de hacer orbitar humanos en Fobos, uno de sus satélites, a principios de 2030; después, en 2039, se cree que será el momento perfecto para aterrizar sobre la superficie del planeta rojo.

jueves, 4 de mayo de 2017

Un profesor de química descubre como hacer la fotosíntesis con luz azul y un material sintético

La fotosíntesis artificial puede ser una de las fuentes de energía del futuro, así que los científicos llevan tiempo buscando la manera más eficiente de imitar a las plantas con materiales sintéticos. Un profesor de química de la Universidad de Florida Central ha dado con una candidata prometedora.

El profesor Fernando Uribe-Romo y sus alumnos explican en la revista Journal of Materials Chemistry A cómo desencadenar la fotosíntesis con un material que convierte el dióxido de carbono y la luz visible en combustible solar (al tiempo que elimina del aire este gas de efecto invernadero).

La energía del sol puede ser capturada y almacenada en los enlaces químicos de un material para aprovecharse más tarde. Estos químicos se denominan combustibles solares. Uribe-Romo y su equipo de estudiantes idearon una manera de desencadenar una reacción química en un material sintético denominado marco metal-orgánico (MOF) para descomponer el CO2 en materiales orgánicos que pueden usarse como combustible solar.

El invento utiliza la energía de la luz azul. Adaptar materiales que absorban un color específico es muy difícil desde el punto de vista científico. Los rayos ultravioleta tienen suficiente energía para permitir la reacción de materiales comunes como el dióxido de titanio, pero la radiación UV constituye solo el 4% de la luz solar que llega a la Tierra. La gama visible (longitudes de onda violeta a rojo) representan la mayoría de los rayos del sol, sin embargo hay pocos materiales que puedan recoger sus colores para transformar el CO2 en combustible (y los que sí, son materiales muy raros o que tienen precios prohibitivos, como el platino, el renio y el iridio).

Uribe-Romo usó titanio, un metal común y no tóxico, y le agregó moléculas orgánicas que actúan como antenas de recolección de luz. Estas moléculas se pueden diseñar para absorber colores específicos de la luz cuando se incorporan en el MOF, y en este caso se sincronizaron con el color azul. El invento fue probado en el laboratorio con un LED azul. La reacción funcionó y transformó el dióxido de carbono en dos formas reducidas de carbono, formiato y formamidas (dos tipos de combustible solar).

El trabajo es un importante avance en materia de fotosíntesis artificial, y tiene un gran potencial para crear nuevas tecnología que podrían reducir significativamente los gases de efecto invernadero vinculados al cambio climático, al tiempo que producen energía de manera limpia.


martes, 28 de febrero de 2017

LA NASA ENCUENTRA UN SISTEMA SOLAR CON SIETE MUNDOS PARECIDOS A LA TIERRA

La NASA ha anunciado uno de las noticias más importantes en la búsqueda de vida más allá de nuestro Sistema Solar, con el descubrimiento de hasta siete mundos similares a la Tierra en órbita de una estrella cercana. Al menos de tres de ellos pueden ser habitables, y podríamos averiguar si realmente lo están en tan solo una década.

El sistema orbita en la estrella llamada TRAPENSE-1, una pequeña estrella enana a 40 años luz de distancia que tiene aproximadamente el 8% de la masa de nuestro Sol, y el 11% de su radio, similar al tamaño de Júpiter. El año pasado se reveló que habían tres mundos potencialmente rocosos en órbita alrededor de esta estrella, pero ahora la cifra ha aumentado.

Junto con el anuncio, se ha publicado un articulo escrito por Michael Gillon, de la Universida de Lieja, en Bélgica, en la revista Nature. El descubrimiento se ha realizado gracias a al Telescopio Espacial Spiter de la NASA, con la ayuda de otros telescopios terrestres, incluyendo el TRAPENSE-Sur, en Chile, para observar el tránsito de los planetas con respecto a nuestro mundo a medida que pasaban a través de su estrella.

“La estrella es pequeña y fría, por ende, los planetas son templados. Esto significa que podrían tener agua líquida y tal vez vida en la superficie”, afirma Michael Gillon en una rueda de prensa.

En relación a su distancia con la estrella, los planetas se llaman TRAPENSE1-b, c, d, e, f, g y h, siendo d, e, f y g los últimos descubiertos. Los investigadores fueron capaces de analizar la masa, el radio y los períodos orbitales de los siete planetas, excepción del más externo, TRAPENSE-1h, de los cuáles sólo se ha podido observar su órbita.

La órbita de TRAPENSE-1b está a 0,011 UA de su estrella (recordemos que 1UA es la distancia Tierra-Sol). Como tal, completa su órbita en tan solo 1,51 días. Los siguientes seis planetas giran a su estrella en 2,42 y 20 días, y son todos de tamaño similar a la Tierra, siendo de 0,76 su masa el más pequeño y de 1,13 el más grande.

Al ser una estrella tan fría y oscura, su zona habitable está mucho más cerca que en nuestro Sistema Solar. Los planetas e, f y g orbitan en esta zona, lo que sugiere que podrían encontrarse océanos de agua líquida en su superficie.

El hallazgo es realmente interesante, puesto que al estar tan cerca de la Tierra, seremos capaces de estudiar los planetas de esta estrella en detalle. Las observaciones de seguimiento ya están en marcha, y es posible que pueda saber si existe vida en uno o más de estos planetas tan pronto como se pueda analizar la composición molecular de sus atmósferas.

EL CSIC DESAROLLA UN BIOSENSOR CAPAZ DE DETECTAR EL VIH

Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un biosensor que puede llegar a detectar el VIH tipo 1 durante la primera semana después de la infección. Los experimentos, realizados con suero humano, detectan el antígeno p24, una proteína presente en el virus del VIH-1. La tecnología, patentada por el CSIC, detecta esta proteína hasta en concentraciones 100.000 veces inferiores que los sistemas actuales. Además, el tiempo total del ensayo es de cuatro horas y 45 minutos, por lo que los resultados clínicos se podrían obtener en el mismo día. La investigación aparece publicada hoy en la revista PLOS ONE.

 El biosensor combina estructuras micromecánicas de silicio con nanopartículas de oro, ambas funcionalizadas con anticuerpos específicos al p24. Al final del inmunoensayo, el p24 es atrapado a modo sándwich entre las nanopartículas de oro y las estructuras micromecánicas de silicio. Las nanopartículas de oro presentan resonancias ópticas conocidas como plasmones capaces de dispersar la luz con mucha eficiencia y se han convertido en una de las estructuras que más interés han despertado en la última década en el campo de la óptica. Las estructuras micromecánicas son excelentes sensores mecánicos capaces de detectar interacciones tan pequeñas como las fuerzas intermoleculares. La combinación de estas dos estructuras produce señales mecánicas y ópticas para detectar el p24, que se amplifican la una a la otra produciendo una extraordinaria sensibilidad.

La tecnología, patentada por el CSIC, está siendo además aplicada para la detección precoz de algunos tipos de cáncer. “El chip en sí mismo, la parte física, es el mismo para las pruebas de VIH que para la de los biomarcadores de cáncer. Lo que cambia es la parte química, la solución que colocamos para que reaccione según lo que estamos buscando. Por eso, nuestro trabajo fundamental se centra en desarrollar aplicaciones para esta nueva tecnología”, señala el investigador del CSIC Javier Tamayo, que trabaja en el Instituto de Microelectrónica de Madrid.

“El biosensor usa estructuras que se fabrican con tecnologías bien establecidas en microelectrónica, lo cual permite su producción a gran escala y a bajo coste. Esto unido a su simplicidad lo podrían convertir en un buen candidato para ser usado en países en vías de desarrollo”, detalla Tamayo.

¿Cómo funciona el biosensor?

El experimento se inicia incubando sobre el sensor un mililitro de suero humano durante una hora a 37 °C para permitir la unión de los antígenos p24 de HIV-1, si los hubiera, a los anticuerpos de captura ubicados en la superficie del sensor. Tras esto se vuelve a incubar, pero en este caso con nanopartículas de oro, a 37 °C durante 15 minutos para el marcaje de las proteínas p24 capturadas.

Finalmente, el material resultante se somete a un enjuague para eliminar las partículas que no se han unido. “El tiempo total del ensayo es de cuatro horas y 45 minutos. Es realmente rápido, por lo que, para confirmar el diagnóstico se podría incluso repetir las pruebas y los resultados clínicos podrían estar el mismo día del control médico. Los resultados son estadísticamente significativos y podrían adaptarse a los requerimientos médicos”, detalla el investigador del CSIC.

Los sistemas de detección de VIH

La infección aguda por virus de la inmunodeficiencia humana se define como el tiempo desde la adquisición del virus hasta la seroconversión, es decir, la aparición de anticuerpos detectables para el VIH en la sangre.

En la actualidad existen dos formas para detectar el VIH en sangre. La infección puede ser diagnosticada mediante la detección en sangre de ARN viral por las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos, o al detectar p24 con los inmunoensayos de cuarta generación.

El primer método, basado en la detección en sangre de ARN viral, presenta un límite de detección de 20 a 35 copias de ARN por mililitro, es decir, una concentración que típicamente ocurre dos semanas después de la adquisición del VIH. En el segundo método, durante los inmunoensayos de cuarta generación, se alcanza un límite de detección de p24 de 10 picogramos por mililitro, una concentración alcanzada aproximadamente tres o cuatro semanas después de la infección.

“Esta nueva tecnología es capaz de detectar p24 en concentraciones hasta 100.000 veces inferiores que la última generación de inmunoensayos aprobados y 100 veces inferiores que los métodos de detección en sangre de ARN viral. Esto reduce la fase indetectable después de la infección a solo una semana”, señala la investigadora del CSIC Priscila Kosaka, del Instituto de Microelectrónica de Madrid.

Detección del VIH en sangre

La duración de la etapa entre el contagio y la seroconversión es de aproximadamente cuatro semanas. La detección temprana del VIH es crucial para la mejora de la salud del individuo. Los cambios progresivos se producen después de la adquisición del VIH, como el agotamiento irreversible de los linfocitos CD4 en el intestino, la replicación en el sistema nervioso central y el establecimiento de reservorios latentes de VIH.

“El potencial de infectividad del VIH en la primera etapa del contagio es mucho mayor que en etapas posteriores. Por tanto, el inicio de la terapia antirretroviral antes de la seroconversión mejora el control inmunológico y se ha asociado con beneficios en el recuento de células CD4, reducción de la inflamación sistémica, preservación de la función cognitiva y reducción del reservorio latente. Por motivos lógicos, su detección es crítica para la prevención de la transmisión del VIH”, detalla Kosaka.

Esta tecnología, está patentada por el CSIC y licenciada a la empresa Mecwins, una spin-off del CSIC creada en 2008 por Javier Tamayo y Montserrat Calleja. Esta spin-off posee además tres patentes fruto del trabajo de este equipo del CSIC. La investigación actual cuenta con financiación de la Asociación Española contra el Cáncer.

lunes, 27 de febrero de 2017

NUEVO SISTEMA PARA EXTRAER MATERIALES RADIACTIVOS DEL AGUA

Unos científicos han encontrado una forma de retirar materiales radiactivos del agua. Su descubrimiento podría ayudar a purificar los muchos millones de litros de agua que se han ido almacenando tras el accidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi.

El nuevo sistema, creado por el equipo de James Tour, de la Universidad Rice en Estados Unidos, y Ayrat Dimiev, de la Universidad Estatal de Kazán en Rusia, se basa en un filtro hecho de CARBONO MODIFICADO MEDIANTE OXIDACIÓN (OMC, por sus siglas en inglés), un material barato y muy eficiente a la hora de absorber cationes de metales radiactivos, incluyendo cesio y estroncio, elementos tóxicos que fueron liberados al medio ambiente cuando la citada central nuclear sufrió una fusión de núcleo tras un terremoto y un tsunami en marzo de 2011.

El OMC puede atrapar fácilmente los elementos radiactivos hallados en masas de agua vinculadas a la extracción petrolífera, como uranio, torio y radio.

Tour y varios investigadores de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú en Rusia ya demostraron tiempo atrás un método para eliminar  radionucleidos del agua usando óxido de grafeno como agente de captura, pero la nueva investigación sugiere que el OMC es más fácil y menos caro de procesar.

[Materia prima de carbono. La ampliación, al microscopio, de 200 aumentos, pone de manifiesto una gran área de superficie de 12,5 metros cuadrados por gramo. Su procesamiento a través de oxidación aumenta dicha área de superficie hasta los 16,9 metros cuadrados por gramo, mejorando su capacidad para eliminar cesio y estroncio radiactivos del agua.]

Mientras que otros materiales usados para la descontaminación de desechos radiactivos necesitan ser almacenados junto con los residuos capturados, el carbono presenta una ventaja clara. El utilizado para capturar los elementos puede ser quemado en un incinerador nuclear, dejando solo una muy pequeña cantidad de ceniza radiactiva que es mucho más sencilla de almacenar, según Tour.

Basta hacer pasar agua contaminada a través de filtros OMC para extraer los elementos radiactivos y posibilitar su descarga segura en el océano. Esto podría constituir un gran avance en los esfuerzos encaminados a limpiar la región contaminada por la central de Fukushima Daiichi.

viernes, 24 de febrero de 2017

UN MÉTODO PERMITE TRANSFORMAR PRODUCTOS CONTAMINANTES DEL TEFLÓN EN PROZAC

Anualmente se producen más de 135.000 toneladas de teflón y, con ellas, grandes cantidades de fluoroformo. Este gas tiene un efecto invernadero 12.000 veces más fuerte que el CO2 y, además, es muy difícil de eliminar por combustión. Sin embargo, los investigadores del Instituto Catalán de Investigación Química (ICIQ) de Tarragona, vieron en él posibilidades por explotar.

El equipo liderado por el profesor Vladimir Grushin (actualmente el jefe de tecnología de K&G Technologies en EE.UU), trabajó durante años en un nuevo método para transformar el fluoroformo en productos orgánicos modificados con átomos de flúor. Este proceso utiliza catalizadores sostenibles de cobre, un metal muy abundante, para activar la molécula de flouroformo y hacerla reaccionar con un sinfín de "ladrillos" orgánicos.

"Los compuestos orgánicos fluorados tienen un alto valor añadido. Suelen tener unas propiedades biológicas superiores a sus "hermanos" sin flúor y tienen numerosas de aplicaciones en farmacia y agroquímica," comenta Frédéric Ratel, responsable de propiedad intelectual en el ICIQ.

"Las patentes que nos han concedido las oficinas de la UE y EE.UU van a facilitar que podamos vender este proceso de valorización de residuos a industrias interesadas, tanto en reciclar el fluoroformo como en implementar nueva síntesis de compuestos fluorados más sostenibles,"añade.



Muchos fármacos como el famoso antidepresivo Prozac (fluoxetina) y varios antitumorales (bicalutamida, dutasterida), numerosos productos agroquímicos, y varios materiales innovadores incorporan en su estructura átomos de flúor. Utilizando este novedoso método, las empresas podrán sintetizar estas moléculas a partir de un producto que normalmente se desecha.

"En el ICIQ apostamos por una química sostenible. Entre otras cosas, buscamos cómo reciclar moléculas contaminantes como el fluoroformo o el CO2 y aportarles valor añadido," afirma Miguel A. Pericàs, director del ICIQ.

La concesión de las diferentes patentes otorgan al ICIQ los derechos de explotación en exclusiva de este método. Actualmente, el ICIQ busca aliados en la industria química y farmacéutica para licenciar y explotar esta tecnología de valorización de residuos.

jueves, 9 de febrero de 2017

GEL SILICA


¿QUÉ ES?

El gel silica corresponde a dióxido de silicio (SiO2), el mismo componente que encontramos en el cuarzo. La estructura interna de cada gránulo de gel silica contiene una red de millones de poros microscópicos conectados entre sí que son capaces de atrapar y retener la humedad. Es inerte y segura de utilizar en aquellos productos que puedan ser afectados por los vapores de agua.

¿PARA QUÉ SIRVE?

El gel silica es un desecante, lo que significa que adsorbe la humedad. Esta propiedad es muy útil puesto que al mantener un producto seco, limita el crecimiento de moho y previene su deterioro. En los productos electrónicos y en los frascos de vitaminas previene la condensación de los vapores de agua y así el daño de las pastillas por la humedad y la oxidación de los circuitos y partes metálicas de los ordenadores

Es el sistema más empleado para cualquier gas, vapor, líquido o soluto adhiera la humedad contenida a una superficie sólida a temperatura ambiente.

¿CÓMO ES EL GEL SILICA?

Es una sustancia altamente polar y absorbe líquidos en mayor proporción que gases y vapores orgánicos.

Es un indicador de humedad reaccionando químicamente con otros componentes, lo cual genera cambio de color métricamente.

CARACTERÍSTICAS DEL GEL SILICA:

- Puede absorber una humedad hasta de un 40%
- Se puede regenerar sometiendola a una temperatura entre 120ºC – 180ºC
- No es tóxico
- No es corrosivo
- No es químicamente reactivo
- No es inflamable
- Es incoloro
-Químicamente estable

¿PARA QUÉ SE USA?

Comestibles
Medicinas
Zapatos y ropa
Aire comprimido
Deshidratación
Control de la humedad en el medio ambiente
Aire seco en almacenes y laboratorios farmacéuticos